Los antiguos pueblos celtas solían realizar una gran ceremonia para conmemorar «el final de la cosecha». Esta celebración ocurría a finales de octubre. Esta fiesta fue bautizada con la palabra gaélica de «Samhain». (El significado etimológico es «el final del verano«.) Esto es porque durante esta celebración se despedían de Lugh , dios del Sol. Los celtas habitaban diversas regiones de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Esta festividad marcaba el momento en que los días se iban haciendo más cortos y las noches más largas. Los celtas, al igual que muchas culturas prehispánicas, creían que en Samhain los espíritus de los muertos regresaban a visitar el mundo de los mortales.