Así piensa una agerrida mujer a quien llamaremos Fidelina*, una de las muchas que han sido víctimas de la violencia y desplazamiento urbano, fenómeno que se volvió común en las ciudades principales de nuestro país. Y es que para esta bogotana de 48 años y madre de dos hijos, la violencia que tuvo que afrontar al interior de su familia y que le arrebató a su esposo, le sirvió como incentivo para salir adelante y derrotar –gracias a su entrega y al trabajo social en diferentes sitios de Bogotá y zonas aledañas– ese sino trágico que marcó su vida. Fidelina, su nombre artístico como ella dice, llegó a la localidad Ciudad Bolívar cuando transcurría el año 1984, en compañía de su madre y su hermano, se radicaron en el barrio Los Alpes que colinda con la vereda Quiba, perteneciente a la zona rural de esta localidad en Bogotá. “Yo tenía 17 años y mi concepción del mundo era muy diferente a lo que me encontré en este barrio, empezando por la precariedad de los s...